La Danza de los parachicos: Chiapa de Corzo
Cada año, del 8 al 23 de enero y como parte de la Fiesta Grande, se lleva a cabo en Chiapa de Corzo la colorida y tradicional Danza de los Parachicos en honor al Señor de Los Milagros (o señor de Esquipulas), y en honor a los santos católicos San Antonio Abad y San Sebastián Mártir.
En 2010, la UNESCO declaró esta danza Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad por su importancia en la identidad social y cultural de dicha comunidad.
Orígenes
Los orígenes de esta celebración se remontan hacia mediados del siglo XVIII, cuando una señora de la alta sociedad española, doña María de Angulo, buscó la ayuda de un curandero indígena para salvar la vida de su hijo que se encontraba gravemente enfermo, quien sanó el ser bañado en las aguas del manantial Cumbujuyú.Los indígenas del lugar bailaron para el niño durante su recuperación con el fin de entretenerlo, siendo así un baile “para-el chico”, del que deriva el nombre de esta tradicional celebración.
La Danza
Durante la danza, los bailarines son ataviados son coloridos sarapes, chalinas, sombreros y máscaras de madera simulando las facciones de los españoles, y sonajas o “chinchines” como instrumento musical.Los participantes son originarios de Chiapa de Corzo, aunque los días 20 de enero se permite a personas externas a la comunidad disfrazarse con el traje de parachico para participar en la celebración, lo que atrae una gran cantidad de turistas tanto nacionales como extranjeros.
El grupo, en su recorrido, visita importantes capillas de la región, llevando consigo imágenes religiosas, y es dirigido y coordinado por un “patrón”, quien porta una guitarra y un látigo (que simboliza el castigo para los pecadores).
Así mismo, entre el grupo de danzantes, destacan los llamados “chuntas”, que son hombres disfrazados de mujeres representando a Doña María de Angulo, y cuya función es la de repartir monedas y dulces al público.
Para finalizar la fiesta, se lleva a cabo una misa, y posteriormente un desfile en el que se traslada la imagen de San Sebastián a la casa que la resguardará por el resto del año.
La belleza, colorido y alegría de la Danza de los Parachicos, es, sin duda alguna, una razón más para visitar nuestro bello estado, porque ¡YO, VIVO CHIAPAS!
